domingo, 20 de enero de 2008

PONENCIA DE LOS DOCENTES EN LA PRESENTACIÓN DE LA CAMPAÑA STOP GRAN SCALA

El sábado 19 de enero, se presentó en Fraga, la Iniciativa “Docentes Contra Gran Scala”, que se enmarca dentro de la Campaña “Stop Gran Scala”. A continuación va un resumen de lo expuesto sobre los motivos que se argumentaron y que hacen que nos posicionemos contra el proyecto.

En el aula debemos intentar que nuestros alumnos se comporten de forma activa y participativa, de forma que se enriquezca el proceso de aprendizaje. Este comportamiento debería continuar en su casa, con sus amigos, en su trabajo, en sus asociaciones… de forma que contribuyan a mejorar la sociedad en la que viven. Sentimos que el proyecto “Gran Scala” se presenta sin dar pie a la participación de las personas que desde distintos ámbitos plantean los problemas que la puesta en marcha del proyecto puede generar.
En el aula debemos enseñar a nuestros alumnos a buscar información, a que la separen de lo que es opinión, a que piensen, a que busquen pros y contras. Debemos enseñarles a debatir, a que dialoguen y por tanto escuchen e intenten aprender de las opiniones ajenas. “Gran Scala” se plantea como un hecho sin precedentes en lo económico, lo social y lo cultural, que en nuestra opinión hace imprescindible un debate tranquilo y profundo. Pero no sólo no se plantea ese debate, sino que además la magnitud del hecho se emplea como argumento para justificar una legislación a la medida. Como docentes tenemos que fomentar el diálogo, pero en lo referente al proyecto, es muy escaso. Como docentes tenemos que fomentar la valoración de la igualdad de oportunidades y ante la ley, pero lo que estamos observando es como la posible cuantía de una inversión justifica unos privilegios.

Debemos educar para el consumo, para que nuestros jóvenes adquieran una actitud crítica ante el consumo excesivo, que tiene una repercusión nefasta sobre el medio ambiente, para que adquieran una actitud crítica ante la publicidad y las necesidades que crea. La sociedad de consumo en que vivimos influye considerablemente en la educación de nuestros jóvenes. Puede contribuir a formar personas individualistas, que no valoren lo que tienen, que siempre quieran más, que asocien el éxito a la cantidad de cosas que tienen. “Gran Scala” se presenta como un modelo de ocio, vinculado a casinos, aspecto que nos parece carente de sentido, y que debemos cuestionar desde el aula. Aparece vinculado a parques temáticos, sobre el agua, el espionaje… vinculado a campos de golf, centros comerciales. Todo esto nos parece un gran espacio de consumo, de ocio vacío, que se intenta en parte disfrazar de cultura. Pero para nosotros esto no es ni cultura, ni es ocio enriquecedor. Este modelo de ocio no responde a las pautas de consumo responsable que debemos impulsar desde el aula. Desde el aula debemos fomentar modelos de tiempo libre que no asocien el ocio al consumismo, sino que partan del aprecio a las artes, la cultura, la naturaleza, las ciencias, que partan de sus intereses e inquietudes, que fomenten su creatividad e iniciativa, y que estimulen otro tipo de consumo.

Debemos educar para la salud, para prevenirlos ante posibles adicciones, que van a coartar su libertad y crecimiento como personas. “Gran Scala” se presenta con 32 casinos y miles de tragaperras. Pensamos que esto supone un grave riesgo de ludopatía para las personas que vivan en el entorno de “Gran Scala” que puede originar graves problemas personales, familiares y sociales.
Se habla además de “ocio global” en el que los hijos podrán disfrutar de los parques temáticos y los padres podrán ir a los casinos. Nos parece un ejemplo que como educadores nunca vamos a compartir.
Y si nos fijamos en otras zonas vinculadas al juego, observamos que padecen unos elevados índices de drogadicción, delincuencia y prostitución. No nos parece deseable que nuestras futuras generaciones puedan correr este riesgo.

Desde el aula debemos favorecer la interculturalidad, es decir, que los alumnos se acerquen con interés a otras culturas, que las conozcan y las valoren. “Gran Scala” puede suponer un aumento tan rápido y grande de la población, que va a hacer difícil su asimilación. Dificultará el acercamiento a las nuevas personas que vengan a vivir a nuestros pueblos, dificultará por tanto su conocimiento. Pensamos que a menudo se teme lo desconocido y que el rápido aumento de la población va a contribuir a acrecentar los miedos y la sensación de inseguridad, así como a la aparición de brotes racistas.

Debemos preparar a nuestros alumnos para realizar el tránsito a la vida adulta y activa. En este sentido preferimos educar para un futuro laboral no vinculado a “Gran Scala”. No nos parece enriquecedor ni para nuestros jóvenes ni para la sociedad en general. Desde el aula debemos formar y motivar para salidas laborales con auténtica utilidad social, en las que puedan desarrollar lo que llevan dentro y realizarse como personas.

Como educadores, pensamos que debemos tener la responsabilidad y la ilusión de actuar como motor de cambio y mejora social. Pensamos que “Gran Scala” cambia, pero no mejora nuestra sociedad. Pensamos que el nuevo entorno social que puede aparecer no es positivo para nuestros jóvenes. Nos preocupa la influencia que va a tener en las actitudes, valores y motivaciones de nuestros alumnos. Pensamos que no va a mejorar la realidad de las aulas ni la realidad social, y por tanto lo rechazamos.

Pensamos que se debe fomentar el debate, que se debe hablar más de valores y de posibles amenazas, y no sólo de ventajas y grandes cifras. Afirmamos que vamos a seguir intentando educar en valores, aunque la puesta en marcha del proyecto “Gran Scala” dificultaría esta tarea. Y vamos a intentar que nuestros alumnos sigan soñando e imaginando, porque si sueñan e imaginan seguro que construyen un mundo mejor.

1 comentario:

Santiago Chiva, Granada dijo...

La crisis económica mundial es una oportunidad para aprender a ser moderado en los gastos y enseñarlo a los hijos. Creo que en la propia familia es donde aprendes a llevar una vida sencilla evitando caer en un consumismo materialista absurdo. Sólo con el ejemplo se puede enseñar a los hijos a ser sobrios en los gastos: esto es sacrificado para los padres, pero merece la pena.
Un saludo desde Granada (España).

Santiago
http://opinionciudadano.blogspot.com/